Entre Forasteros y Los Mismos

En Falcón, y probablemente en otros estados se repita una situación similar, la campaña a las primarias por la nominación como candidatos de la MUD, a la Asamblea Nacional, se caracteriza más por los adjetivos que reciben los candidatos que por las ideas que se promueven. Entre forasteros y los mismos de siempre, median culillúos, muertos, cogolleros, además de colaboracionistas e infiltrados; bastante “variopinta” pues las opciones, si nos detenemos en las ramas. Qué relevancia puede tener la procedencia geográfica de un aspirante, como argumento para descalificarlo, cuando todas las alianzas en disputa tienen algún candidato (principal o suplente) que no ha hecho vida política en Falcón, cuando, tanto en el pasado como en el presente, ello ha sido una práctica común y legitima entre los partidos políticos. Qué utilidad tiene calificar al otro por la edad que tenga o los años de dedicación a la política, hay muchos jóvenes con ideas retrogradas y reaccionarias, así como independientes haciendo política con posiciones anti políticas cuya utilidad a la construcción de un proyecto verdaderamente unitario hay que buscarlo con lupa. No es difícil que ello ocurra en un país en el que las apuestas a ganador, cual carrera de caballos, no solo se expresan en frases de campaña, sino que constituyen una realidad vertida en escenarios públicos, en las que la apuesta por la maquinaria por encima de la ideas es lo fundamental, en las que a cualquiera se le engaña con el cuento de que en Venezuela hay una revolución, de que hay socialismo, pero que por igual, cuando conviene, se duda de que exista socialismo (a menos que sea para los pendejos), en comparación con la vida de faraones que lleva la camarilla en el poder. El debate de ideas, en un país tan necesitado de ellas, merece ser rescatado para que la política deje de ser un asunto de fanatismo, deje de ser tratado con las vísceras, deje de ser objeto de apuestas y de negocios, pasando a ser expresión real de la elevación de la cultura y el protagonismo ciudadano en los asuntos públicos, así como del reconocimiento democrático de la diversidad de posiciones políticas y, especialmente, del fortalecimiento político e ideológico de las distintas organizaciones partidistas. Que la queja y el malestar invada a buena parte de los venezolanos por las decisiones tomadas por Cencoex respecto de la asignación de divisas para compras y viajes, es válida y merece una opinión, pero que no se discuta acerca del regalo del territorio esequibo a la Exxon Mobil (estadounidense) y a Guyana es preocupante, por decir lo menos. Que se fije posición respecto del decreto Obama es entendible, pero que se desconozca que Venezuela es objeto de disputa y reparto entre el imperialismo estadounidense, el ruso y chino, también es preocupante. Que la militancia y los fanáticos se desvivan por los adjetivos es, en este contexto, entendible, pero que la dirigencia y los candidatos no vean el bosque tras las ramas es, insisto, preocupante, salvo que no sea un problema de vista sino de intereses lo que haga obviar cosas tan elementales. El desarrollo con éxito las primarias es clave para la unidad opositora, incluso para aquella que no forma parte de la MUD y que sostiene posiciones críticas frente a ella. Pues el camino de la conformación de una nueva hegemonía ha de considerar la urgente necesidad de construir una unidad que va más allá de quienes participan en las primarias, que va más allá de la MUD y que, precisamente, ha de ocupar lugar privilegiado en el debate y el esfuerzo de todos los candidatos y de toda la dirigencia democrática. Procurar con franqueza la construcción de una verdadera unidad requiere un compromiso y una práctica distinta a la expuesta hasta ahora y, particularmente la apertura de un debate franco acerca de aspectos elementales para su concreción. Entre ellos: a) el programa, b) las formas de lucha y organización, y c) las iniciativas inmediatas, cuestiones hasta las que hay que llegar partiendo de consideraciones relativas a la situación internacional y al reacomodo de los imperialismos, de la situación política nacional y la naturaleza del régimen. Una nueva forma de hacer política, frase acuñada por muchos, requiere poner por delante el compromiso patrio, el compromiso nacional por rescatar a Venezuela del caos, requiere dejar de lado los adjetivos y centrar el esfuerzo en lo principal; ¡la unidad!.

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