LA PASIVIDAD NO CALMARÁ TU HAMBRE
En los últimos años, especialmente al inicio de cada uno de ellos, dentro de la lista de buenos propósitos y metas estaba el de hacer ejercicios, rebajar de peso y recuperar la forma física. Debo decir que este año si he avanzado en eso; sin hacer ejercicios, he rebajado de peso significativamente. Después de todo, alguna cosa “buena” debería dejarme la estafa de revolución que saquea a Venezuela. Y es que, levantarse sin saber qué comer, no por la variedad para escoger sino por la escasez y la carestía, encontrar para comprar, caminar hasta el mercado municipal, no importa lo lejos que quede, pues el carro está sin cauchos y la posibilidad de comprarlos en lo inmediato es remota, pisar con cuidado para que los zapatos no sufran mucho, pues comprar otros es un suplicio, llegar y sacar cuentas para saber que no todo lo que pensaba comprar es posible hacerlo, de vuelta a casa, sudado y en medio del apagón bolivariano, preparar unas “suculentas” arepas, de masa de maíz pelado