LA DELGADEZ COMO BALANCE
Es común que la delgadez haya tomado cuerpo (o expropiado cuerpo), en la humanidad de la mayoría de los venezolanos. Niños, adolescentes, adultos y ancianos famélicos se exhiben por doquier como evidencia de la democratización del hambre, esa que no llega a la rechoncha humanidad de quienes, independientemente de su posición política, mayoritariamente afecta al régimen, disfrutan de las ventajas del poder. Pero, la delgadez, esa que me mata verla apropiada de la humanidad de mis hijos, de mi familia y de todo el pueblo, y de la que no he podido escapar, pareciera haberse extendido a otras esferas de la vida social. Así, los sueldos y salarios de los trabajadores venezolanos, esos a los que economistas y opinadores del régimen y también de la oposición le atribuyen, manipulación de por medio, cualidades inflacionarias, son de los más delgados del mundo, en tanto a duras penas llega, el salario mínimo, a unos 10 dólares al mes, mientras que las ganancias del sector financiero,