La Cooperación Internacional...Otra Vez

Históricamente diversas organizaciones de la sociedad civil han recibido aportes provenientes de cooperantes internacionales, de carácter gubernamental o no, quienes han hecho de la responsabilidad social un compromiso clave en su gestión, en la búsqueda de atenuar los graves desequilibrios sociales que prevalecen en el mundo.

Asociaciones, fundaciones y clubes que atienden a niños, niñas y adolescentes, a adultos y a personas de la tercera edad, así como a personas con necesidades especiales y/o minusvalidas, han recibido aportes de estos cooperantes, quienes sólo exigen como requisitos el desarrollo de actividades sin fines de lucro y la presentación de un proyecto que describa el uso que se le darán a los fondos que se reciban.

La edificación de sedes o bien el mejoramiento de las mismas, la dotación de estos espacios, el desarrollo de actividades educativas, culturales, deportivas, de preservación del ambiente, así como la promoción de iniciativas emprendedoras y el financiamiento a las mismas, entre otras, son actividades que han recibido el respaldo de cooperantes internacionales en Venezuela, provenientes de los más diversos lugares de la geografía mundial, aunque entre los que más destacan están los cooperantes españoles, estadounidenses, canadienses, británicos, japoneses, entre otros.

El sostenimiento de relaciones entre las organizaciones de la sociedad civil venezolana y los cooperantes internacionales ha derivado de la necesidad creciente que tienen las primeras, de hacerse de fondos que contribuyan a afianzar el trabajo que desarrollan, preservando la autonomía en su gestión y fortaleciéndola con el intercambio tecnocultural que sucede en estos procesos.

En el marco de la discusión del proyecto de Ley de Cooperación Internacional que se desarrolla en la Asamblea Nacional, nada más importante que propiciar todo un debate acerca del papel de las organizaciones de la sociedad civil y, por supuesto, acerca de este novísimo instrumento normativo que, en poco tiempo, ha de estar sancionado, con miras a que pueda hacerse valer la voz y planteamientos de las organizaciones de la sociedad civil, así como de los beneficiarios de los programas que éstas desarrollan, especialmente en una coyuntura en la que prevalece en el discurso de quienes promueven la ley, un animo controlador del funcionamiento y de los fondos que, eventualmente, pudieran recibir las organizaciones de la sociedad civil.

La cooperación internacional ha de ser considerada como un instrumento para el desarrollo de las comunidades más necesitadas, en tanto sirve para elevar la calidad de vida de las mismas y para fortalecer el trabajo autónomo de organizaciones de la sociedad civil, quienes son las únicas que pueden ejercer un rol eficiente en el control de la gestión local, cuestión fundamental en un sociedad que se define como democrática y participativa.

Sirva esta esquela como una invitación a las diversas ONG´s falconianas a reflexionar sobre este tema, a crear las condiciones para que generemos ideas en torno a las mismas, a movilizarnos en función de garantizar el respeto por el trabajo que venimos haciendo desde hace años a favor de los más necesitados.

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