¡SISMO!

El sismo ocurrido en Falcón, el pasado domingo, con epicentro en Lara y replicas en todo el país, ha afectado este alternativo espacio, al punto de que provocó una mezcla de ideas sueltas que, quizás no estén tan sueltas, pero hasta desordenó el nombre del mismo.
En medio de los escombros el hombre logró salirse del corral rojo rojito y en su salto cayó en el corralito rojo azulito, quizás los nubarrones de polvo que levantó el movimiento telúrico le impidieron ver dónde caía, lo cierto es que las grietas que hay en ambas edificaciones amenazan seriamente la seguridad del rebaño, a quien los rescatistas recomiendan desalojarlas en lo inmediato, para salvaguardar los intereses de las mayorías por lo que hay que tenderles puentes seguros de tránsito hacia el bienestar. El hombre logró salvar algunos artículos personales, entre ellos páginas sueltas de algunos libros que al pegarlos se leía “socialismo productivo” (¡!)
Los movimientos telúricos han provocado también que la vulgaridad, la descalificación y la intolerancia del que te conté y su camarilla haya mutado en algunos activistas políticos de oposición, quienes han hecho de facebook, y otras redes sociales virtuales, un ring para descalificar a dirigentes de los sectores democráticos y para descalificarse entre ellos. Pena ajena ha provocado entre los rescatistas esta actitud, quienes tuvieron que revisar sus pertenencias para ver si portaban al carnet del corral, pues la única lógica que encuentran a tales manifestaciones, es que hayan sufrido algún tipo de encierro en la agrietada edificación, bajo sometimiento a intensas sesiones de divisionismo, intolerancia, y odio.
El decreto de promulgación de la Ley del Conejo Federal de Gobierno también sufrió los embates del sismo, al punto tal que dejó a la misma sin la s, convirtiéndola en un asado de conejos desde el poder central, sarao al que pretenden no dejar entrar a gobernadores y alcaldes, menos si no forman parte del corral, porque hasta el del corralito quedará fuera, para seguir la política de domesticación del rebaño clientelar, que amenaza con descarriarse vista las replicas, desde el poder central hasta las comunidades, pasando por encima de la moribunda constitución…, ¡ah! ¿Era la anterior?
El Tribunal Supremo de Justicia también sufrió desbarajustes y en una sentencia loca destituyó al Alcalde del municipio Sucre del estado Falcón, que es del PSUV, sólo que le pusieron el nombre de Jorge Barboza y se fueron para el Zulia a desalojarlo. El movimiento telúrico causó tal impacto que se soltaron un poco de letras de otras sentencias y mezclaron Barboza con Falcón…, fíjense, el efecto Falcón, pero de paso se traspapelaron unos documentos de una Junta de Condominio con la sentencia; de allí que al final lo destituyen por no pagar los servicios en el edificio. Parece ser que ya sacaron a una oveja del corral para entregarle el trofeo.
Mañana, por cierto, se cumplen 27 años del sacudón de Caracas o del caracazo. En Falcón no pasó mayor cosa. Sin embargo, para la época estaba convocada una marcha estudiantil que partiría desde el IUTAG el miércoles 1° de marzo, convocatoria hecha por la Unión de Jóvenes Revolucionarios, UJR, de la que fungíamos como lideres para ese entonces Orlando Urbina y quien suscribe. Ese día en la tarde, luego de salir del sitio en donde estábamos enconchados un grupo de estudiantes que teníamos residencia en el Barrio San José, fuimos a buscar ropa para seguir enconchados, pues sabíamos que vendrían por nosotros. En ese trámite allanaron la residencia una veintena de funcionarios de la DISIP, quedando detenidos y trasladados a Caracas: Argenis Marcano, Hernan Marín y Alfredo Marín, quienes integraban el grupo cultural Arte en Escena, así como Orlando Urbina y Eddy Timaure, quienes formábamos parte de la juventud de Bandera Roja, que para entonces operaba bajo la fachada legal de Movimiento por la Democracia Popular, MDP. El sismo en el que estamos metidos esperamos busque su salida en una revuelta electoral el 26S, que rescate al país del movimiento telúrico que lo azota desde hace 11 años y reconstruya la nación para que todos quepamos en ella, como ciudadanos no como borregos.

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